jueves, 8 de abril de 2010

Despedida de soltero

Corrimos en silencio por el bosque. Llegamos a nuestra casa en menos de quince minutos.
Carlisle–llamó Jasper.
–Ya estoy–dijo mi padre saliendo de la casa–.Será mejor que nos demos prisa.
¿A dónde iremos?, pensó Jasper.
–Iremos a los alrededores de cualquier sitio lejano a Forks­–deliberó Carlisle mientras comenzábamos a correr contestando a la pregunta de Jasper sin que lo supiera–. ¿Qué os parece si vamos al norte?
–Vale–dijimos los tres al unísono.
Corrimos en silencio.
¿Qué tal estás?, me preguntó Jasper en un pensamiento. Le miré con la pregunta en el semblante. Noto que estás inquieto y asustado y por mucho que te intento relajar, no lo consigo… Suspiré. Creo que lo que te pasa, es que echas de menos a Bella. Le miré con un gesto sarcástico. Ja, ja, ja. No me refiero ahora. Me refiero a que la echarás de menos cuando sea un vampiro. Aunque sé que su olor es muy potente y tú ya has dominado la sed casi por completo, se te hace muy duro estar a su lado, ¿No es cierto? Asentí levemente mientras me concentraba en correr. Lo siento, Ed, pero es la verdad. Estoy seguro, que aunque tu sed te mata, la echarás de menos, echarás de menos sus mejillas ruborizadas, el acelero de su corazón… Sacudí la cabeza y suspiré en forma de afirmación ante su suposición. Estoy seguro de que si hubiera podido llorar, lo hubiera hecho.

–Ya hemos llegado–anunció Carlisle–. La verdad es que hemos tardado más de lo que esperaba, pero da igual.
– ¡Que empiece la fiesta!–gritó Emmett.
Todos le imitamos con un agudo aullido.
Empezamos a cazar, primero por parejas; Carlisle con Jasper y yo con Emmett.

Cuando ya llevaba un rato de caza-habíamos cazado un par de osos pardos cada uno, los preferidos de Emmett-, mi hermano se puso serio, y me preguntó en un susurro:
– ¿Estás seguro?
– ¿Qué si estoy seguro de qué?
–De Bella.
–Ella es la razón de mi existencia, no sé como puedes dudar eso–le respondí con una voz más fiera.
–Eso ya lo sé–vaciló por un segundo–.Pero me refiero a que si estás seguro de la boda, de convertirla en vampiro.
–Bueno…–pasó un minuto largo mientras intentaba contestarle. Su impaciencia le venció y se sentó en una gran roca, aunque no estaba cansado–. De lo de la boda…sí. Yo me quiero casar con Bella sea como sea.
– ¿Y de lo otro?–inquirió.
–Pues…­–empecé a decir mientras me sentaba con él en la roca–. No es que me haga demasiada gracia tener que convertirla, pero, si no lo hago, lo hará Carlisle o Alice… Y si no, vendrán los Vulturi, y eso si que no puedo permitirlo. Prefiero que sea un vampiro antes de que la mate un Vulturi.
Emmett sólo asintió y observó las estrellas. Sus pensamientos estaban llenos de inquietudes. Se preguntaba cómo sería mi prometida cuando fuese un vampiro, y si él sería más fuerte que ella.
Puse los ojos en blanco y observé las estrellas. Los pensamientos de Emmett no me interesaban demasiado, pero entonces, uno me sobresaltó:
Sé feliz, pensó Emmett antes de que pensara en Rosalie y su primera boda.
–Gracias, Emm–le dije sonriendo. Estaba seguro de que se hubiera sonrojado si pudiera.

A los pocos minutos llegaron Carlisle y Jasper.
– ¿Qué hacéis ahí? ¿Habéis cazado algo?–preguntó Carlisle, algo contrariado.
–Mirar las estrellas y sí, hemos cazado un par de osos–dijo Emm casi sin moverse.
Ah…–dijo Jasper.
Pasaron tres largos minutos antes de que Carlisle se planteara ir a cazar otra vez.
–Esperad–urgí yo.
– ¿Qué pasa, Edward?–preguntó Jasper.
–Bueno…–aunque ya había hablado de esto antes con ellos y tenía confianza con mis hermanos y mi padre, me daba vergüenza preguntárselo.
–Vamos Edward, no tenemos toda la eternidad–bromeó Jasper.
–Vale, vale… Como sabéis, mañana me caso con Bella…
– ¡Venga!–me urgió Emmett.
–…como sabéis– proseguí como si no me hubiera interrumpido–, quiero tener, bueno, Bella también quiere tenerla, una luna de miel auténtica, y me preguntaba, si podríais volver a…como decirlo… hablarme sobre el tema…
Emmett puso los ojos en blanco.
–Como ya te hemos dicho, hermanito, es un frenesí– comenzó Emm.
–Es…como si no pudieras controlarlo– continuó Jazz.
–Es muy fuerte… Pero debes intentar controlarte si no quieres lastimar a Bella– me advirtió Carlisle–. Como ya sabrás, si tienes memoria–que la tienes, pensó–, podrás recordar a Emmett y Rose sus primeros años…no paraban…–dijo mientras reía. Emmett sonrió con orgullo y yo y Jasper pusimos los ojos en blanco mientras reíamos
–Aunque, claro, con una humana será diferente…–dijo Jasper, en tono duditativo. Me pregunto si será más difícil…, pensó Jaz–. Supongo que sí, será para ti más costoso dado que Bella es una humana y que su sangre es…esto… apetitosa…–concluyó Jasper.
Gruñí. No me gustaba que tratase a Bella como comida…aunque esa era nuestra naturaleza…
–Lo siento– se disculpó mi hermano.
–Será mejor que vayamos a cazar, no vaya a ser que llegues tarde a tu boda…–dijo Carlisle en un suspiro.

La noche siguió igual, como si no hubiéramos tenido esa charla.
La verdad es que tenía una familia mejor de lo que merecía.

Cazamos un par de osos pardos más, unos cuántos pumas y algún que otro animal más. Cuando amaneció, decidimos prepararnos para volver a casa.
–Será mejor que volvamos–dijo Carlisle.
–Jo, pero es que ahora es cuando uno se divierte más–se quejó Emmett.
–Supongo, que si tardamos un poco más, no pasará nada…

¡¿Qué no pasaría nada?! Por un momento creí que llegaría tarde a mi boda.
– ¡Venga ya! Me voy yo solo–amenacé a mis hermanos, quienes estaban al otro lado de un gran claro acorralando a algún animal.
–Espera Edward. Emmett, Jasper, ahora mismo aquí– amenazó Carlisle en tono alto y severo.
–Parecen críos–dije yo. Ambos sabíamos que tanto Jasper como Emmett, aunque se encontraban a mas de doscientos metros, podían oírnos.
En menos de diez segundos, ambos se presentaron delante de nosotros.
–Mirad como os habéis puesto– les regañó Carlisle.
–Críos…–dije para el cuello de mi camisa.

Empezamos a correr lo más rápido posible, dado que no llegaríamos a tiempo.
Quedaban menos de tres horas para que empezase la ceremonia.


Rosalie nos esperaba en el porche de entrada.
¿Por qué tardasteis tanto?, pensó.
–Porque Emm y Jazz no se saben comportar…–dije, burlándome de ellos.
–Oh, venga–se quejaron.
–Da igual, sea cómo sea, daos prisa. Entrad por la puerta de atrás. Como los invitados os vean con esa pinta…
–Gracias Rose–dijo sarcásticamente Emmett.
Ella sólo le lanzó un beso y en cuestión de segundos, habían desaparecido.
EmsRosalie
– ¿Qué?
– ¿Por qué estás hoy de tan buen humor?
–Bueno…digamos que hoy es un día especial– por fin me podré poner ese vestido…, pensaba Rose, como de costumbre, en ella…
Puse los ojos en blanco y me disponía a correr para dar la vuelta a la casa cuando un pensamiento abarcó la cabeza de Rose. Por fin hermanito. Por fin te casas. He estado esperando este momento. Estoy feliz por ti. Me da igual que sea con una humana…
Además, de todas formas, Bella será una de nosotros de todas formas… Sólo, sé feliz, pensó y se dio cuenta que lo había escuchado. Se giró y dijo:
–Cómo se te ocurra decirle a alguien lo que te he dicho, te mato–gruñó, y ella no era de esas que amenazan por amenazar…
–Tranquila– dije mientras desaparecía.

Subimos a nuestras habitaciones, trepando por la pared, yo no quería correr el riesgo de encontrarme con Alice y que ella me arrancara la cabeza…
Cuando terminé de vestirme y de peinarme, me empezaron a entrar los nervios. Deseaba ver a Bella.
Me concentré en buscar los pensamientos de Alice.
Como se te ocurra mirar en mi cabeza, te mato, pensó Alice.
Cuando me disponía aprestar atención a su conversación, Esme llamó a mi puerta:
– ¿Edward? Edward, cariño, ayúdame.
– ¿Qué pasa, mamá?
–Necesito que termines unas cosas del patio.
–Vale.
Y bajé de un salto hasta el patio.

1 comentario:

  1. YA? VALE NO LO TERMINAS ???? QUE TRISTEZA POR QUE ESTABA MUY BUENO :)

    ResponderEliminar