viernes, 26 de marzo de 2010

La caza del soltero

–Ya te echo de menos.
–No tengo por qué irme. Puedo quedarme…
–Mmm…
Durante un rato sólo se oía el corazón rítmico de Bella, nuestras respiraciones desacompasadas y el movimiento de nuestros labios.
Me preguntaba si a Bella no le daría asco o miedo besar a un vampiro dado que nuestra ponzoña se encuentra en los colmillos y el más ligero roce podría ser fatal. Cada vez que la besaba era como si inhalase llamas; era un dolor muy agudo. Aunque, lo tenía lo más controlado posible dado que si Bella desapareciera, yo iría con ella al cielo… o al infierno.

Abrí los ojos mientras la besaba, sentía que yo tenía más de lo que merecía y que ella era una especie de premio del destino…
Bella abrió entonces sus achocolatados ojos y, por un momento, sentí que podía ver dentro de ella, aunque sólo fuese una ilusión. Ella también parecía que podía ver dentro de mí, como si estuviese viendo m alma, aunque, según nosotros, los vampiros no tenemos alma.
–Definitivamente me quedo–susurré.
–No, no. Es tu despedida de soltero. Debes ir–aunque ella decía eso, su cuerpo reaccionaba de otra forma. Su mano derecha se trabó en mi pelo y la mano izquierda presionaba la parte más estrecha de mi cintura.
–Las despedidas de soltero están diseñadas para quienes se entristecen por el fin de sus días de libertad. Y yo no podía desear más dejarlos a mi espalda. Así que realmente, no tiene mucho sentido.
–Eso es verdad–suspiró contra mi helada garganta.
Lo único que me desconcentraba un poco eran los ronquidos del padre de Bella. Me pregunté si ella también los oía.
Odiaba tener que, cuando estábamos tan acurrucaditos en la cama de Bella, ella tuviese que estar envuelta en una manta. Aunque eso dejaría de tener importancia cuando ella fuese uno de los nuestros.
Recorrió con su mano mi pecho marmóreo y un ligero estremecimiento me atravesó. Busqué su boca para poder besarla de nuevo y ella dejó que su lengua chocara contra mi labio helado y suspiré.
Comencé a apartarme. Esta era mi respuesta cuando las cosas estaban yendo demasiado lejos aunque mi deseo fuese continuar. Odiaba tener que rechazar a Bella, sobre todo cuando se me ponía demasiado cariñosa.
–Espera–dijo mientras me abrazaba y pasaba una de sus piernas por mí cintura–Sólo se consigue la perfección con la práctica.
Me eché a reír entre dientes.
–Bueno, pues nosotros debemos de estar bastante cerca de la perfección a estas alturas, ¿a que sí? ¿Acaso has dormido algo en el último mes?
–Pero esto es sólo un ensayo general, y sólo hemos practicado ciertas escenas. Aún no ha llegado el momento de jugar sobre seguro.
Bella no me podía hacer esto, ya era suficiente malo para mí tener que aguantar a sus hormonas como para poder hacerlo aquí y ahora. No era el mejor momento.
–Bella…
–No empieces otra vez con eso. Un trato es un trato.
–No lo sé. Es muy difícil concentrarse cuando estamos así, juntos. Yo… no consigo pensar con coherencia. No soy capaz de controlarme y podrías terminar herida –y eso jamás me lo perdonaría.
–Estaré bien.
–Bella…
– ¡Calla!–y me besó. Mi primera reacción, fue devolverle el beso, pero enseguida la aparté de mí con cuidado.
– ¿Qué tal están tus pies? ¿Fríos?–ambos sabíamos perfectamente que no me refería al sentido literal de la palabra.
–Calentitos–respondió de inmediato.
– ¿De verdad? ¿No te lo has pensado mejor? Todavía puedes cambiar de idea.
– ¿Intentas dejarme plantada?–me eché a reír entre dientes.
–Sólo me cercioro. No quiero que hagas algo de lo que no estés convencida.
–Estoy segura de ti, ya me las apañaré con el resto.
Vacilé ante su respuesta.
– ¿Podrás?, y no me refiero a la boda, porque estoy convencido de que sobrevivirás a pesar de tus quejas, pero después de todo… ¿Qué hay de Renée y de Charlie?
–Pues que les echaré de menos–dijo después de un lánguido suspiro.
–Y a Ángela, Ben, Jessica y Mike.
–Sí, también echaré de menos a mis amigos–y sonrió en la oscuridad–. Especialmente a Mike ¡Oh Mike! ¿Cómo voy a poder vivir sin él?
Gruñí. Eso no me gustó nada. Aunque lo dijera de broma. Se echó a reír y luego se puso seria.
–Edward, ya hemos pasado por esto. Sé que será duro, pero es lo que deseo de verdad. Te quiero a ti y que sea para siempre. Una sola vida no es bastante.
–Quedarse congelado en los dieciocho.
–El sueño de cualquier mujer hecho realidad–bromeó.
–No cambiarás nunca… No avanzarás jamás.
– ¿Qué quieres decir con eso?
– ¿Te acuerdas de cuando le dijimos a Charlie que queríamos casarnos y él creyó que estabas embarazada?
–Y pensó en tirarte un tiro. Admítelo, lo consideró durante un segundo–eso era cierto, pero no contesté– ¿Qué pasa, Edward?
–Sólo que en ese momento deseé…bueno, me hubiera gustado que fuese cierto–lo había deseado con toda mi alma, aunque no tuviese. Una mini-Bella entre mis brazos. Sería mi sueño…
–Oh, vaya–contestó en un jadeo. Eso me dio a pensar que a ella no le haría tanta ilusión cómo a mí.
–Más aún, que hubiera alguna manera de poder hacerlo realidad. Que tuviésemos esa posibilidad. Odio arrebatarte eso también.
–Sé lo que estoy haciendo–contestó después de un minuto.
– ¿Y cómo puedes saberlo, Bella? Mira a mi madre, y a mis hermanas. No es tan fácil cómo crees.
–Pues Esme y Rosalie lo llevan estupendamente–eso no era del todo cierto, mis hermanas y mi madre deseabas fuertemente tener hijos–. Si luego se convierte en un problema podemos imitar a Esme, adoptaremos–pero yo no quería adoptar, yo quería tener al hijo de Bella…
Suspiré y mi voz sonó más fiera.
– ¡Esto no está bien! No quiero que hagas sacrificios por mí. Deseo darte cosas, no quitártelas. No quiero robarte tu futuro. Si yo fuera humano…– antes de que pudiese terminar a frase, Bella me tapó la boca con un dedo. En ese momento, deseé con todas mis fuerzas ser uno de ellos.
–Tú eres mi futuro. Así que déjalo ya. No te pongas en plan deprimente o llamo a tus hermanos para que vengan y te lleven con ellos. Quizá es verdad que necesitas una despedida de soltero.
–Lo siento. Sueno deprimente, ¿verdad? Deben de ser los nervios.
– ¿Tienes los pies fríos?
–No en ese sentido. He estado esperando todo un siglo para casarme contigo, señorita Swan. La ceremonia de la boda es la única cosa a la que no puedo esperar…–corté a mitad de la frase. Las voces de dos pensamientos venían directas hacia mí. – ¡Oh, por el amor de todos los santos!
Edward, no te librarás de tu despedida de soltero tan fácilmente, pensó Emmett.
Será divertido, me intentó animar Jasper.
– ¿Pasa algo malo?
–No vas a tener que llamar a mis hermanos. Parece que Emmett y Jasper no están por la labor de dejarme en paz esta velada.
En cuestión de segundos, llegaron hasta la ventana de Bella y Emmett escaló el viejo árbol. Hubo un chirrido en la ventana muy estridente.
–Si no haces que salga Edward, entraremos a por él–susurró Emmett
–Vete. Vete antes de que echen la casa abajo–echó a reír.
Puse los ojos en blanco, pero cogí la camisa del suelo y me la puse. Me incliné y la besé en la frente.
–Duerme algo. Mañana te espera un buen día.
– ¡Gracias! Seguro que eso me ayudará a relajarme.
–Te veré en el altar.
O sales, o entro en la habitación de Charlie. Ya verás qué bien me lo voy a pasar. Te dará caza él mismo y yo le ayudaré. La caza del soltero-. rió Emmett.
–Yo soy la que va de blanco.- ignoré los comentarios de mi hermano.
–Muy convincente–repuse.
Salté desde la ventana hasta el suelo llevándome por medio a Emmett, que cayó sobre la hierba, y yo sobre él, con un sordo sonido. Me pregunté se Bella lo oyó.
–Maldita sea. Encima que te venimos a ayudar…-maldijo Emmett.
–Será mejor que no le hagáis llegar tarde–murmuró Bella desde la ventana. Estaba seguro que oyó a Emmett.
Jasper se asomó entonces a la ventana de Bella.
–No te preocupes, Bella. Le llevaremos casa con tiempo suficiente–Jasper comenzó a tranquilizar a Bella, lo notaba en la mente de mi hermano.
Vi en la mente de Jasper que Bella se sentaba en la cama con torpeza.
– ¿Jasper? ¿Qué es lo que hacen los vampiros en sus despedidas de soltero? ¿No le iréis a llevar a un club de streptease, verdad?
– ¡No le digas nada!–gruño Emmett pero le pegué un puñetazo en el estómago y me eché a reír
–Tranquilízate. Nosotros, los Cullen, tenemos nuestra propia versión. Sólo unos cuántos pumas y un par de osos pardos. Casi una noche como cualquier otra.
–Gracias, Jasper.
Jasper saltó desde el viejo árbol hasta el suelo sin hacer ningún ruido y empezamos a correr hacia el bosque en busca de Carlisle.

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Graciias a todos! espero qe os haya gustado!
Besos (K)

2 comentarios:

  1. Ya tienes otra fan más para seguir tu historia de amanecer desde el punto de vista de Edward. Sigue así

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  2. me ha encantado. pero he visto q lo estas dejando muy pronto, ya casi no tenemos entradas q leer! por favor, no nos olvides. tenemos q llenar con algo esas tardes post-examen. Y seria perfecto tener una idea d la vision d edward antes d q saqen la peli! pero más q nada... gracias por escribir lo q meyer ni siqiera se ha dignado a publicar.

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